Alemania, el menor de los temores australianos en Sudáfrica

Australia debuta hoy en el Mundial con mayores preocupaciones que enfrentar a Alemania, aunque la "Mannschaft" cree que le quita el sueño a los "Socceroos".

El temor australiano es básicamente uno: lo fácil que cualquiera puede colarse en el túnel que lleva al césped del flamante estadio Moses Mabhiba, evidenciando fallas en el sistema de seguridad.

De hecho, varios periodistas que llegaron en una simple visita de reconocimiento realizaron un tour sin restricciones por la nueva instalación, con capacidad para 70 mil aficionados.

Desde las zonas de calentamiento hasta la suite presidencial, sin recibir un alto, ninguna puerta se cerró para los reporteros que, más allá de la placentera aventura, advierten sobre los riesgos.

Aún así, el Moses Mabhiba es un portento arquitectónico, coronado por un arco estilo Wembley, más alto que la Estatua de la Libertad y con posibilidades de acceso para obtener una vista sobrecogedora.

Lo difícil será llenar la instalación, y ya se baraja la opción de rellenar las gradas con escolares, para evitar la embarazosa imagen que siempre dejan las lunetas vacías.

De hecho, la FIFA investiga quejas de aficionados con entradas que nunca llegaron a los estadios por problemas en el transporte, aunque en los cinco primeros partidos se reportó una asistencia promedio de 54 mil 887, la segunda más alta de los Mundiales.

Sobre la seguridad, el Comité Organizador se precia de contar con policías de 27 países, el apoyo de INTERPOL y agentes que lidiaron ya con su primera prueba de fuego: los "hooligans" ingleses.

Además, fueron deportados rápidamente una decena de "barrabravas" argentinos cuyos nombres figuraban en una lista de 800 radicales que tienen prohibido el ingreso a Sudáfrica. En otras palabras: los australianos mejor se preocupan por Klose y compañía, que para frenar las tribunas aquí sobran los expertos.

rc/cmv

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